
En casa de Celia Cintas, en Trelew, el mensaje de sus padres era muy claro: había que estudiar para salir de la espiral de trabajos donde se hace mucho esfuerzo y se recibe poco salario. Ella fue obediente. Se recibió de licenciada en Informática en la Universidad Nacional San Juan Bosco, en su ciudad, y luego se doctoró en Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca. Algunos pensarán: listo, más que suficiente, ahora un buen empleo y vida resuelta. Pero no. A partir de ahí empezó una historia que la alejó del viento patagónico y la llevó hasta Nairobi, Kenia, el país que está debajo del cuerno de Africa.
A Celia, que hoy tiene 29 años, no le alcanzaba con la montaña de beneficios y dinero que le podían ofrecer distintas empresas para sumarla a sus equipos. Hacía falta un condimento extra. Un proyecto que la cautivara. Y apareció justo en la capital keniata.
Fue a principios de 2018. Ella estaba descansando en su casa cuando recibió un e-mail con una propuesta de trabajo que le cambió la vida. La científica Aisha Walcott –Research Scientist, Healthcare Manager de IBM Kenia– le escribió para convocarla a participar de un proyecto que se enfoca en desarrollar la app The Digital Health Wallet. Una aplicación que reúne la historia clínica personal de los pacientes keniatas y a través de la cual cada uno de ellos les da permiso a médicos o a clínicas para ver sus datos. Desde esa app, en smartphones o tablets, el paciente podrá ingresar a su historia clínica y, simultáneamente, será capaz de autorizar a los hospitales y/o profesionales.
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